Abu Bakr as-Siddiq أبو بكر | ||
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Califa ortodoxo | ||
Reinado | ||
632-634 | ||
Sucesor | Umar ibn al-Jattab | |
Información personal | ||
Otros títulos | Compañero de la Cueva | |
Nacimiento |
573 La Meca, Arabia | |
Fallecimiento |
22 de agosto de 634 Medina, Arabia | |
Sepultura | Mezquita del Profeta, Medina | |
Familia | ||
Consorte |
Qutaylah bint Abd al-Uzzá Umm Ruman Asma bint Umais | |
Hijos |
Muhammad ibn Abi Bakr Asma bint Abi Bakr Aisha bint Abi Bakr | |
‘Abd Allāh ibn Abī Quhāfa ‘Uthmān ibn Ka‘b al-Qurayshī, conocido comúnmente por el kunya de Abū Bakr (en árabe: أبو بكر, romanizado: ʾAbū Bakr) (La Meca, c. 573 – Medina, 23 de agosto de 634) fue el sucesor de Mahoma y por tanto primer califa del islam,[1] iniciador de la serie llamada de los califas ortodoxos. Fue un cercano compañero de Mahoma, además de ser su suegro. Los musulmanes sunitas se refieren a él con el título honorífico de Abū Bakr al-Siddīq (en árabe: أبو بكر الصديق).
El nombre Abū Bakr es en realidad un apelativo que suele traducirse como «Aquel con el que Al-lah está complacido». Este apelativo se ha convertido en un nombre propio frecuente en todo el mundo islámico (con variaciones como Bubker, Babacar, Boubacar, Ebubekir, etc.). As-Siddīq es también un apelativo que significa ‘El Sincero’; sus descendientes son llamados siddīqī. Su nombre de pila original era ‘Abd al-Ka‘ba, esto es ‘Siervo de la Kaaba’, que cambió por ‘Abd Al-lāh (‘Siervo de Dios’) tras su conversión al islam.
Mercader en La Meca y miembro del clan Banu Taym de la tribu de los coraichitas, fue el primer hombre, fuera de la familia, en convertirse a la nueva religión predicada por Mahoma,[2][3] e hizo daʿwa entre los no creyentes, por lo que se le considera el primer misionero musulmán. Varios compañeros de Mahoma se convirtieron al islam a través de Abu Bakr. Acompañó a Mahoma al exilio (hégira) en Medina y se convirtió en uno de sus guardaespaldas. Abu Bakr participó en todas las campañas militares de Mahoma y sirvió como el primer amir al-hach (en árabe: أمير الحج, romanizado: amīr al-ḥach, lit. 'comandante de la peregrinación'), liderando el hach en el 631. En ausencia de Mahoma, Abu Bakr dirigía las oraciones.
Abū Bakr llegó a ser conocido como al-Siddiq, «el veraz» o «el que confía», una referencia al hecho de que él fue el único en creer inmediatamente en la historia del Profeta sobre su viaje nocturno a Jerusalén.[4] Reconocido incluso en La Meca como el miembro más visible de la comunidad después de Mahoma, se le acredita con la compra y liberación de muchos esclavos, incluyendo a Bilal, quien se hiciera famoso por proclamar la primera llamada a la oración.[4] Se convirtió en suegro de Mahoma al casarse este con su hija Aisha.[5]
Tras la muerte de Mahoma en 632, Abu Bakr le sucedió en el liderazgo de la comunidad musulmana como primer califa, siendo elegido en Saqifa. Su elección fue impugnada por varios líderes tribales rebeldes. Durante su gobierno, sofocó una serie de levantamientos, conocidos colectivamente como las guerras Ridda, como resultado de las cuales logró consolidar y expandir el gobierno del estado musulmán en toda la península Arábiga. También comandó las incursiones iniciales en los vecinos imperios sasánida y bizantino, que en los años posteriores a su muerte, finalmente resultarían en las conquistas musulmanas de Persia y del Levante. Aparte de la política, a Abu Bakr también se le atribuye la compilación del corán, del que tenía un códice califal personal. Antes de morir en agosto de 634, Abu Bakr nombró a Umar (r. 634-644) como su sucesor. Junto con Mahoma, Abu Bakr está enterrado en la Cúpula Verde de la mezquita Al-Masjid an-Nabawi en Medina, el segundo lugar más sagrado del islam. Murió de una enfermedad tras gobernar por 2 años, 2 meses y 14 días, el único califa Rashidun que murió por causas naturales.
Si bien el reinado de Abu Bakr fue breve, incluyó invasiones exitosas de los dos imperios más poderosos de la época, el Imperio sasánida y el Imperio bizantino. Puso en marcha una trayectoria histórica que en pocas décadas conduciría a uno de los imperios más grandes de la historia. Su victoria sobre las fuerzas árabes rebeldes locales es una parte importante de la historia islámica. Los musulmanes sunitas veneran a Abu Bakr como el primero de los califas bien guiados y la persona más grande después de los profetas y mensajeros. La tradición chiita, en cambio, considera a Abu Bakr un usurpador del califato y un enemigo de los ahl al-bayt.