El aceite de ricino se obtiene de las semillas de la planta Ricinus communis, comúnmente llamado ricino, castor, tártago, higuereta, higuerilla, higuera infernal, mosquitera, entre otros muchos vocablos.
Entre el 40 y el 50 % de su peso es aceite, que contiene entre un 70 y un 77 % de triglicéridos del ácido ricinoleico.
A diferencia de las propias semillas, no es tóxico.[1]