Una actividad extravehicular (EVA) es una operación realizada por un astronauta fuera del entorno de una nave, de una estación espacial o módulo de descenso. Hasta el momento, Rusia, anteriormente Unión Soviética, Estados Unidos, Canadá, la Agencia Espacial Europea y China han llevado a cabo EVA.[1]
Los paseos o caminatas espaciales fueron concebidos para probar los trajes presurizados y las reacciones de los astronautas al vacío así como para ensayar las operaciones de despresurización y represurización de la cabina. Esto era de crucial importancia ya que las actividades extravehiculares formaron el tronco principal de las misiones tripuladas a la Luna: no se trataba de ir allí y tomar fotografías, sino de salir al exterior, tomar muestras y hacer experimentos.
El primer paseo espacial de la historia tuvo lugar el 18 de marzo de 1965, realizado por el cosmonauta soviético Alekséi Leónov, en la misión Vosjod 2 (ver programa Vosjod). La primera actividad extravehicular sobre la Luna la realizaron Neil Armstrong y Buzz Aldrin el 21 de julio de 1969 en el entorno de la misión Apolo 11. La primera caminata espacial realizada por una mujer fue el 25 de julio de 1984, a cargo de la soviética Svetlana Savítskaya. La primera caminata compuesta exclusivamente por mujeres tuvo lugar el 18 de octubre de 2019, y fue protagonizada por las estadounidenses Christina Koch y Jessica Meir.
Tras las misiones del programa Apolo, la NASA comenzó a cambiar el sentido de sus misiones con el fin de estudiar la posibilidad de que seres humanos permaneciesen trabajando durante largos periodos de tiempo en el espacio, cuya culminación es la EEI como paso previo a la exploración de otros rincones del Sistema Solar, a lo que se dedicó el cancelado programa Constelación, y su sucesor, el programa Artemis de la NASA.[2] Para cubrir estos objetivos, las actividades extravehiculares se reconvirtieron en salidas programadas para efectuar reparaciones y montajes de partes de las estaciones espaciales, creando para ello nuevos tipos de trajes, herramientas especializadas y un nuevo tipo de astronauta: el especialista de misión de las tripulaciones del transbordador espacial.
En las últimas misiones del Space Shuttle antes de su cancelación en 2010, estas operaciones extravehiculares tuvieron una especial importancia en la maniobra de reentrada, con el objetivo de evitar nuevos accidentes como los del transbordador Columbia en 2003.