Afrofuturismo es un tipo de estética literaria y cultural que combina elementos de ciencia ficción, ficción histórica, fantasía y realismo mágico con cosmogonías no occidentales. El movimiento también ha sido definido por la autora y cineasta Ytasha L. Womack, como la exploración de «la intersección entre cultura negra, tecnología, liberación e imaginación, con una pizca de misticismo también. […] Es una forma de unir el futuro con el pasado y, en esencia, de ayudar a reinventar la experiencia de las personas de color».[1] Su objeto es criticar no solo la problemática actual de los negros sino también revisar, cuestionar y reexaminar los eventos del pasado.
Aunque el término no apareció hasta 1993 gracias al crítico de la tecnocultura Mark Dery[2] y no fue profundizado hasta los años 90 por Alondra Nelson,[3] la ciencia ficción ha formado parte de la producción artística y literaria afro-estadounidense desde sus inicios, y pueden trazarse, a través de los lienzos de Jean-Michel Basquiat, el rock psicodélico de Jimi Hendrix, la prosa de Ralph Ellison y el jazz vanguardista de Miles Davis, hasta George S. Schuyler y su novela satírica Black No More (1931), en la que un médico instala en el centro de Harlem, una clínica para transformar a las personas negras en blancas con un novedoso tratamiento.