Agua, saneamiento e higiene (WASH) (o Watsan, WaSH acrónimos que hacen referencia a "agua, saneamiento e higiene"). El acceso universal, asequible y sostenible a WASH es un tema clave de la salud pública dentro del desarrollo internacional y es el foco del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 (ODS 6).[1] El ODS 6 tiene como objetivo el agua y el saneamiento equitativos y accesibles para todos, y la Meta 6.2 menciona específicamente a las mujeres y las niñas.
Varias agencias internacionales de desarrollo afirman que la atención a WASH también puede mejorar la salud, la esperanza de vida, el aprendizaje de los estudiantes, la igualdad de género y otros temas importantes de desarrollo internacional.[2] El acceso a WASH incluye agua segura, educación adecuada en saneamiento e higiene. Esto puede reducir las enfermedades y la muerte, y también reducir la pobreza y mejorar el desarrollo socioeconómico.
En 2015, la Organización Mundial de la Salud estimó que "uno de cada tres personas, o sea aproximadamente 2.400 millones de personas, aún no cuentan con instalaciones de saneamiento", mientras que 663 millones de personas aún no tienen acceso a agua potable limpia y segura.[3][4] En 2017, esta estimación cambió a 2.300 millones de personas sin instalaciones sanitarias y 844 millones de personas sin acceso a agua potable limpia y segura.[5]
La falta de saneamiento contribuye a aproximadamente 700.000 muertes de niños cada año debido a diarrea, principalmente en países en desarrollo. La diarrea crónica puede tener efectos negativos a largo plazo en los niños, tanto en términos de desarrollo físico como cognitivo.[6] Además, la falta de instalaciones de WASH puede evitar que los estudiantes asistan a la escuela, imponer una carga inusual a las mujeres y reducir la productividad del trabajo.[7]