Alejandro VI | ||
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Papa de la Iglesia católica | ||
11 de agosto de 1492-18 de agosto de 1503 | ||
Predecesor | Inocencio VIII | |
Sucesor | Pío III | |
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Otros títulos | Gran Maestro de la Suprema Orden de Cristo | |
Información religiosa | ||
Ordenación sacerdotal | 1468 | |
Ordenación episcopal | 30 de octubre de 1471 | |
Proclamación cardenalicia |
17 de septiembre de 1456 por Calixto III | |
Información personal | ||
Nombre | Rodrigo Lanzol y de Borja | |
Nacimiento |
1 de enero de 1431 Játiva, Reino de Valencia, Corona de Aragón | |
Fallecimiento |
18 de agosto de 1503 (72 años) Roma, Estados Pontificios | |
Padres |
Jofré de Borja y Escrivá Isabel de Borja i Llançol | |
Hijos | Pedro Luis de Borja, César Borja, Juan de Borja y Cattanei, Lucrecia Borgia, Jofré Borgia, Girolama Borgia, Isabella Borgia, Juan Borgia, Laura Orsini y Rodrigo Borgia | |
Alma máter | Universidad de Bolonia | |
Escudo de Alejandro VI
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Alejandro VI (Játiva, 1 de enero de 1431-Roma, 18 de agosto de 1503) fue el papa n.º 214 de la Iglesia católica entre 1492 y 1503. Su nombre de nacimiento era Rodrigo Lanzol y de Borja[1][2] (en castellano conocido como Rodrigo de Borja y en italiano como Rodrigo Borgia). Hijo de Jofré de Borja y Escrivá y de Isabel de Borja, hermana de Alfonso de Borja, quien fue obispo de Valencia y posteriormente papa Calixto III.[3][4]
Rodrigo de Borja alcanzó y mantuvo el poder mediante nepotismo, y ascendió dentro de la jerarquía de la Iglesia católica debido a su relación con el papa Calixto III, que era su tío. Esta relación familiar le facilitó el acceso a cardenal diácono y el desempeño de numerosos cargos de gran importancia dentro y fuera de la Curia Romana, que le permitieron hacerse con las influencias políticas y el prestigio que, finalmente, le llevaron al solio pontificio en 1492.[5]
Una vez elegido papa como Alejandro VI, desencadenó y se involucró en decenas de situaciones políticas, envuelto en intrigas y en las tormentosas y traicioneras relaciones entre los poderes internacionales. Buscó a través de alianzas políticas y conspiraciones hacer que su familia se consolidase dentro de la nobleza italiana y acrecentar en toda posible ocasión su poderío, tarea que emprendió en conjunto con sus hijos, Juan, César, Lucrecia y Jofre, los cuales sirvieron como instrumentos de sus maquinaciones políticas.[6]
A través de la Guerra italiana de 1494-1498 y la Guerra de Nápoles (1501-1504) se las ingenió para no solo asegurar su poderío, sino para acrecentarlo, valiéndose de las rivalidades entre las potencias de la época y las tensiones políticas entre las familias de la aristocracia europea, de manera que consiguió durante los 11 años que duró su papado impulsarse hasta la cima del poder en la península itálica.[7]
Las mismas intrigas y poderes que le sirvieron para llevar a la Casa de Borgia a la cima aseguraron su destrucción, pues todo el poder que los Borgia habían obtenido, inclusive el éxito militar de César Borgia, giraba en torno a los Estados Pontificios y por ende dependía de la permanencia de Alejandro VI en el poder, por lo cual la vasta red de condados, principados y territorios que los Borgia habían puesto a sus pies sucumbió ipso facto con su muerte, sellando el destino de César Borgia, quien moriría cuatro años después en 1507, sepultando la era de los Borgia.[8]