Los alumbrados fueron quienes formaron parte de un movimiento religioso del siglo XVI, en forma de secta mística, que fue perseguido por considerarse herética y relacionada con el protestantismo. Tuvo su origen en pequeñas ciudades del centro de la Corona de Castilla alrededor de 1511, si bien adquirió carta de naturaleza a partir del Edicto de Toledo de 1525, promulgado por el inquisidor general, el erasmista Alonso Manrique.
Los alumbrados pueden englobarse dentro de una corriente mística similar desarrollada en Europa en los siglos XVI y XVII, denominada iluminismo, que no debe confundirse con la secta de los iluministas bávaros (o illuminati) ni, evidentemente, tampoco con la Ilustración. Es muy habitual utilizar el nombre de iluminista como sinónimo de alumbrado. También se utilizó en la época el nombre de dejado.[1]