El título de duque de Brabante fue creado por el emperador Federico I Barbarroja elevando en 1183/1184 el landgraviato de Brabante en ducado en favor de Enrique I de Brabante, hijo del conde de Lovaina. En 1190 Enrique I (1190-1235) sucedió a su padre Godofredo III de Lovaina como duque de Baja Lotaringia (Lothier), pero sin autoridad territorial ni jurídica en beneficio de sus propios condes.
A partir de 1288, los duques de Brabante se convierten también en duques de Limburgo.