Las formas de los tejados difieren mucho de una región a otra. Los principales factores que influyen en la configuración de las cubiertas son el clima por un lado; y los materiales disponibles para la estructura del techo y del revestimiento exterior por otro. La terminología de los distintos elementos que intervienen en la arquitectura de los tejados tampoco está definida de manera rígida. Los usos varían ligeramente de una región a otra, o de un constructor o arquitecto a otro.
Las formas del techo varían desde pendientes casi planas, hasta inclinaciones considerables. Pueden ser arqueados, abovedados o en forma de cúpula; constar de un único plano o adoptar una disposición compleja de pendientes, frontones y vertientes; o truncados (escalonados, o cortados)[1] para minimizar su altura total.