Brasil tiene 74 parques nacionales (julio de 2019), una de las categorías de unidades de conservación de protección integral de la naturaleza definidas en la ley del Sistema Nacional de Unidades de Conservación de la Naturaleza. Son administrados por el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), una autarquía de régimen especial vinculada al Ministerio del Medio ambiente creada en 2007. Tiene como objetivo básico la preservación de ecosistemas naturales de gran relevancia ecológica y belleza paisajística, posibilitando la realización de investigaciones científicas y el desarrollo de educación e interpretación ambiental, de recreação en contacto con la naturaleza y de turismo ecológico.
El primer parque nacional, el parque nacional de Itatiaia en Río de Janeiro, fue creado a través del Decreto n.º 1713, emitido en 14 de junio de 1937 por Getúlio Vargas, a partir de la Estación Biológica de Itatiaia. La creación de ese parque fue seguida por el de Iguaçu en Paraná, en 10 de enero de 1939, y por el de la Sierra de los Órganos, en 30 de noviembre de 1939, también en Río de Janeiro. El número de parques nacionales en Brasil aumentó considerablemente en las últimas dos décadas: en 1990 eran sólo 33 los parques, que pasaron a ser 67 en 2010.[1][2] Varían en área de forma extrema: el más pequeño es el de la Tijuca, con poco menos de 40 km², mientras que el mayor es el de las Montañas del Tumucumaque, con más de 38 000 km².[1]
Todos los biomas brasileños poseen parques nacionales, siendo que 24 de ellos están en la Mata Atlântica, 20 en la Amazonia, 15 en el Cerrado, 8 en la Caatinga, 3 en el bioma marino y 1 en el Pampa y en el Pantanal.[3] Esa distribución desigual muestra que algunos biomas se encuentran deficientes en unidades de conservación. Además de eso, principalmente en la Amazonia, muchos parques carecen de infraestructura, tanto para visitação, cuanto para fiscalización, lo que los hace vulnerables a la deforestación, caza furtiva y minería. Existen problemas con relación a la situación fundiária de algunos parques, principalmente por haber sido creados en la última década, habiendo dificultades en su implementación. A pesar de que la Amazonia y a la Mata Atlántica tengan la mayor cantidad de parques nacionales, ellos protegen sólo 5% y 1% de la vegetación, respectivamente.[1][2]
La visita sólo está permitida en aquellos parques que tienen plan de manejo y de uso público. En 2011, sólo 26 parques estaban oficialmente abiertos al público y proporcionaban datos sobre el número de visitantes.[4][5] De estos, el parque nacional del Iguaçu y el parque nacional de la Tijuca fueron los más visitados, con cerca de 71% de las visitas realizadas a los parques brasileños.[4][5] Los demás parques recibieron flujo de visitantes, pero sin control, normas o planificación. Los parques nacionales del Araguaia y del Pico de la Neblina están cerrados por cuestiones jurídicas a causa del solapamiento con tierras indígenas.[4]
La siguiente lista está basada en los datos disponibles en línea en el ICMBio y el MMA.[3][6]