El 7 de octubre de 2023, comenzó una gran escalada del conflicto entre Gaza e Israel con una ofensiva coordinada de varios grupos militantes palestinos contra Israel. Varios países, incluidos muchos de los aliados occidentales de Israel, como los Estados Unidos y varios países europeos, condenaron los ataques de Hamás, expresaron su solidaridad con Israel y afirmaron que Israel tiene derecho a defenderse de los ataques armados, mientras que los países del mundo musulmán expresaron su apoyo a los palestinos y culparon a la ocupación israelí de los territorios palestinos de ser la causa fundamental de la escalada de violencia.
Numerosos países pidieron un alto el fuego y una distensión de la situación. Organizaciones internacionales, organizaciones estudiantiles, organizaciones benéficas, organizaciones cristianas ecuménicas y grupos judíos e islámicos comentaron la situación. El 27 de octubre de 2023, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución en la que se pedía una tregua humanitaria inmediata y sostenida y el cese de las hostilidades, aprobada por 121 con 14 votos en contra y 44 abstenciones.[1]
Los diversos ataques llevados a cabo por Israel contra objetivos civiles durante la guerra Israel-Gaza le han causado un creciente aislamiento internacional. Bolivia rompió todos los lazos diplomáticos con Israel el 31 de octubre y, horas más tarde, Chile y Colombia llamaron a consultas a sus embajadores. Jordania hizo lo propio el 1 de noviembre, Baréin el 2 de noviembre, Honduras el 3 de noviembre, Turquía el 4 de noviembre, Chad el 5 de noviembre, Sudáfrica el 6 de noviembre y Belice el 14 de noviembre.[2] El 6 de febrero de 2024, la Unión Africana (UA) decidió suspender la decisión de conceder a Israel el estatus de observador.[3] El 1 de mayo el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció que su país rompería relaciones diplomáticas con Israel «por tener un Gobierno, por tener un presidente genocida».[4] El 29 de mayo, Brasil retiró a su embajador en Israel sine die.[5]
Algunos politólogos han argumentado que Israel está al borde de convertirse en un «Estado paria» como consecuencia de lo sucedido en la guerra en Gaza, condenado globalmente y aislado en el escenario mundial.[6][7][8]