El anticlericalismo es un movimiento histórico contrario al clericalismo, es decir, a la influencia de las instituciones religiosas en los asuntos políticos o en la sociedad, ya sea esta real o una presunción.[3] Históricamente, el anticlericalismo en las tradiciones cristianas se ha opuesto particularmente a la influencia del catolicismo. El anticlericalismo está relacionado con el secularismo, que busca separar a la iglesia de la vida pública y política.[4] Si bien el término se ha usado en Europa desde los siglos XII y XIII, se le asocia en la historia más reciente con la Revolución francesa y sus consecuencias.
Algunas personas se han opuesto al clero por motivos relacionados con la corrupción moral, problemas institucionales o desacuerdos con la interpretación religiosa, como fue el caso durante la Reforma protestante. El anticlericalismo se volvió extremadamente violento durante la Revolución francesa, en tanto los revolucionarios creían que la Iglesia jugaba un papel central en los sistemas de opresión que desencadenaron en la revolución.[5] Muchos clérigos fueron asesinados, y gobiernos revolucionarios franceses intentaron poner a sacerdotes bajo el control del Estado haciéndolos empleados.
Se pueden identificar tres formas principales de anticlericalismo. La primera, desarrollada durante el siglo XVIII, se basaba en la oposición a los privilegios clericales, a menudo corruptos, establecido por el feudalismo. La segunda está asociada al auge del liberalismo, que en general acusaba al clero de servilismo hacia las monarquías o de ignorancia en términos de pensamiento científico. La tercera, avalada por algunos sistemas totalitarios, consideraba a los clérigos como opositores crónicos a la «raza», la «nación» o alguna otra presunta ideología.
El anticlericalismo apareció en la Europa católica a lo largo del siglo XIX, en varias formas, y posteriormente en Canadá, Cuba y América Latina. De acuerdo con el Pew Research Center, varios estados comunistas y postcomunistas son actualmente practicantes del anticlericalismo político, entre ellos Uzbekistán, Azerbaiyán, Kazajistán, Tayikistán, Kirguistán, Turkmenistán, Vietnam, China y Corea del Norte.[6]