Antitrinitarismo es una forma de cristianismo que rechaza el dogma cristiano de la trinidad —la enseñanza de que Dios es tres hipóstasis o personas distintas, que son coeternas, coiguales e indivisiblemente unidas en un solo ser, y esencia (del griego ousia)—. Ciertos grupos religiosos que surgieron durante la Reforma Protestante, históricamente han sido conocidos como antitrinitarios.
De acuerdo a las iglesias que consideraron como definitivas las decisiones de los concilios ecuménicos, el trinitarismo fue establecido como fundamento y como doctrina cristiana en los concilios ecuménicos del siglo IV,[1][2][3] el del Primer Concilio de Nicea (325), que declaró la divinidad completa del Hijo,[4] y el Primer Concilio de Constantinopla (381), que declaró la divinidad del Espíritu Santo.[5]
En términos de número de adeptos, las denominaciones antitrinitarias comprenden una pequeña minoría del cristianismo moderno. Con mucho, las dos denominaciones cristianas no trinitarias más grandes son: Los Testigos de Jehová y La Iglesia ni Cristo, y grupo en conjunto de las iglesias pentecostales unicitarias u apostólicas, aunque hay otros grupos minoritarios incluyendo los cristadelfianos, ciencia cristiana, la Asociación de los Estudiantes de la Biblia El Alba, Living Church of God, los Miembros de la Iglesia de Dios internacional, los Unitarian Universalist Christian Fellowship, la The Way International, La Iglesia de Dios Internacional y la Iglesia de Dios Unida, Una Asociación Internacional.[6]
Son corrientes antitrinitarias:
Las confesiones religiosas antitrinitarias no son consideradas como cristianas por el Consejo Mundial de Iglesias, ámbito de diálogo entre protestantes y ortodoxos y al que la Iglesia católica acude como observadora, pues el credo mínimo que formuló incluye la creencia en Jesús como Señor y Salvador.[7]
Los puntos de vista de los antitrinitarios difieren ampliamente con respecto a la naturaleza de Dios, Jesús y el Espíritu Santo. Varias corrientes filosóficas antitrinitarias, como el adopcionismo, el monarquianismo y el subordinacionismo, existieron antes del establecimiento de la doctrina de la Trinidad en 325, 381 y 431 en los consejos de Nicea, Constantinopla y Éfeso.[8] El notrinitarianismo fue más tarde renovado por los cátaros en los siglos XI al XIII, en el movimiento unitario durante la Reforma Protestante, en la Era de la Ilustración del siglo XVIII, y en algunos grupos que surgieron durante el Segundo Gran Despertar del siglo XIX.