Un argumento (del latín argumentum) es la expresión oral o escrita de un razonamiento o idea[1] mediante el cual se intenta probar, refutar o incluso justificar una proposición o tesis.[2][3]
Las cualidades fundamentales de un argumento son la consistencia y coherencia; entendiendo por tal el hecho de que el contenido de la expresión, discurso u obra adquiera un sentido o significado que se dirige a un interlocutor con finalidades diferentes:
- Como contenido de verdad: consistencia y coherencia con otras verdades admitidas, o con referencia a un hecho o situación que haga verdadero o falso dicho contenido.
- Como esquema lógico-formal: consistencia y coherencia con un sistema que no admite contradicción.
- Como función lógico-matemática: consistencia y coherencia con el hecho de «ser algo real» frente a una mera posibilidad lógica que define un mundo o una situación posible en un determinado marco teórico que justifica la función.
- Como discurso dirigido a la persuasión[4] como motivación para promover o proponer una determinada acción.
- Como finalidad de acción: consistencia o coherencia con otros intereses o motivaciones del individuo o individuos receptores del contenido como motivación a actuar de determinada manera.
Es por tanto un discurso dirigido:
- Al entendimiento, para «convencer» o generar una creencia nueva mediante el conocimiento evidente de nuevas verdades, basándose en una racionalidad común.
- A la emotividad para «motivar» una acción determinada.
- En jurisprudencia un argumento se lo conoce como alegato y sirve para llegar a una verdad procesal en los estados de derecho'.
- ↑ Gutiérrez, S. R. (1978) Introducción a la lógica. ed. esfinge
- ↑ Real Academia Española. «argumento». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 18 de septiembre de 1988.
- ↑ Castrillón Giovanna, Ignacio; Corellano Aznar, Luis; Frechilla García, Ana Rosa; Peña Calvo, José Vicente; Villamayor Lloro, Santiago (2008). «La Filosofía y el ser humano. Los grandes temas de la filosofía: razón teórica y razón práctica». En Achón, Elena; Álvarez, Gema, eds. Filosofía y ciudadanía (Manuel Andaluz edición). Madrid: Grupo Anaya Sociedad Anónima. p. 21. ISBN 9788466773195.
- ↑ Se prefiere la acepción restringida del uso de este término como diferenciado de 'convencer'; entendiendo que convencer se dirige al entendimiento mediante razones (lógicas) capaces de generar una creencia nueva como verdadera; mientras que 'persuadir' se dirige a la voluntad para motivar la acción, si bien dichas motivaciones no dejan de incluir razones cognoscitivas en tanto que orientadas hacia el interés de la acción; entre las cuales puede ser la de "convencer" para creer algo como verdadero.