El asedio de Atella tuvo lugar en julio del año 1496 y fue consumado por las tropas españolas al mando de Gonzalo Fernández de Córdoba, que recibió el apodo del "Gran Capitán" gracias a su éxito en el asedio. Con ello, se culminó la ofensiva de la liga Veneciana más importantes durante el conflicto ya que a partir de esta victoria y de la capitulación francesa casi todas las plazas francesas pasaron al rey Fernando II de Nápoles, permitiendo así expulsar a casi todos los franceses del territorio napolitano, menos a las plazas de Calabria, Venosa, Tarento y Gaeta .