Los asesinatos de Burke y Hare (también conocidos como los asesinatos de West Port) fueron una serie de asesinatos cometidos en Edimburgo (Escocia), desde noviembre de 1827 y hasta el 31 de octubre de 1828. Estos asesinatos fueron atribuidos a los inmigrantes irlandeses William Burke (1792-1829) y William Hare (1792 o 1804 -?), quienes vendieron los cadáveres de sus 16 víctimas como material de disección. Su comprador fue el doctor Robert Knox,[1] un investigador privado de anatomía que daba clases a alumnos de la Escuela de Medicina de Edimburgo (Edinburgh Medical College).
Entre sus posibles cómplices se cuentan la amante de Burke, Helen McDougal, y la esposa de Hare, Margaret Laird.[2] De este método de matar dejando un mínimo de trazas, en lengua inglesa ha quedado la palabra "burking", que significa matar comprimiendo el pecho de la víctima hasta asfixiarla; como se puede ver, este término deriva del nombre de uno de los asesinos. En un sentido más general, ese mismo término significa matar a alguien de una manera segura y sin un exagerado esfuerzo.[3][4] Lo cierto es que el método de ejecución de estos asesinos era muy simple: mientras uno de ellos sujetaba a la víctima por detrás, el otro, con una mano, le colocaba los dedos índice y medio en los orificios nasales, mientras con el pulgar debajo de la barbilla le impedía abrir la boca, lo que asfixiaba a la víctima en poco tiempo.
Respecto de este curioso procedimiento de eliminación de las víctimas empleado por William Burke, se ha indicado: "...La maniobra de estrangulación practicada por este ultimador pasaría a la historia forense con el calificativo del 'Método Burke'..."[5][6]
La historia de estos asesinos marcó un antes y un después en la cultura popular británica en lo que se refiere a casos policiales.