Barras de control consisten en barras hechas normalmente de acero al boro,[1] de una aleación de plata y cadmio que tiene gran capacidad de absorción de neutrones o de hafnio, aunque este suele usarse en los reactores nucleares de algunos submarinos y recubiertas de circonio.
Se usan para controlar la reacción de fisión nuclear en las centrales nucleares. Para ello se introducen por unos huecos entre las vainas del combustible nuclear de un reactor, de esta forma se consigue absorber neutrones y así poder controlar, y finalmente detener el reactor.[2] En los antiguos reactores de tipo RBMK (de los cuales aún existen algunos en funcionamiento), las barras de control tardan alrededor de 20 segundos en bajarse completamente, lo que ocasionaba un grave problema de seguridad. Pero en los reactores más modernos, el mecanismo de bajada de estas barras permite realizarla en 1 segundo, deteniendo la reacción nuclear en cadena.