La batalla de Palermo se libró en Sicilia en el año 250 a. C. durante la primera guerra púnica entre un ejército romano comandado por Lucio Cecilio Metelo y una fuerza cartaginesa dirigida por Asdrúbal. El contingente romano, compuesto por dos legiones, que defendía la ciudad de Panormo (en la actualidad Palermo) derrotó a un ejército cartaginés mucho más grande compuesto por 30 000 hombres y entre 60 y 142 elefantes de guerra.
La guerra había comenzado en el 264 a. C. con Cartago controlando gran parte de Sicilia, donde tuvo lugar la mayor parte de los combates. En 256-255 a. C., los romanos intentaron atacar la ciudad de Cartago en el norte de África, pero sufrieron una gran derrota a manos de una fuerza cartaginesa fuerte en caballería y elefantes. Cuando el teatro de la guerra volvió a Sicilia, los romanos capturaron la gran e importante ciudad de Panormo en el 254 a. C. A partir de entonces, estos últimos evitaron la batalla por miedo a los elefantes de guerra que los cartagineses habían enviado a la isla. A finales del verano de 250 a. C., Asdrúbal comandó su fuerza con el objetivo de destruir las cosechas de las ciudades de los aliados de Roma. Los romanos se retiraron a Panormo y Asdrúbal presionó contra las murallas de la ciudad.
Una vez llegó a Panormo, Metelo decidió atacar, y en consecuencia, consiguió contrarrestar a los elefantes de guerra con una lluvia de jabalinas provenientes de excavaciones cercanas a las murallas, lo que causó que estos últimos entraran en pánico y huyeran a través de la infantería cartaginesa. La infantería pesada romana entonces cargó contra el flanco izquierdo enemigo, que como consecuencia se desquebrajó, junto al resto de los cartagineses. Los animales fueron capturados y más tarde fueron sacrificados en el Circo Máximo. Esta fue la última batalla terrestre significante en la guerra, que finalizó nueve años después con una victoria romana.