La batalla del Guadalquivir fue una batalla que tuvo lugar entre el ejército cartaginés y el romano cerca de la desembocadura del Guadalquivir, en 206 a. C.
Tras la derrota cartaginesa en la batalla de Ilipa los turdetanos se pasaron en masa al bando romano, Asdrúbal Giscón y Magón Barca se vieron confinados con sus tropas a Gadir, inaccesible a un asalto romano. Terminada la revuelta de Sucro y la revuelta de Indíbil y Mandonio, Escipión el Africano envió a Lucio Marcio Séptimo con un ejército reducido y sin bagajes para aumentar su velocidad, a lo largo del Guadalquivir hasta su desembocadura donde encontró al general cartaginés Hannón que estaba reclutando mercenarios para Magón Barca.