Una biblioteca privada es una biblioteca gestionada mediante propiedad privada,[1][2] en comparación con la de una institución pública, y normalmente solo se establece para el uso de un número reducido de personas, o incluso de una sola persona, y se pueden especializar en temas concretos. Igual que con las bibliotecas públicas, algunas personas utilizan ex-libris (sellos, pegatinas u otros) para mostrar la propiedad de los libros. Algunas personas venden sus bibliotecas privadas a instituciones consolidadas o las donan después de su muerte, y más raramente, una biblioteca privada se mantiene intacta mucho después de la muerte del propietario.