Buses blancos fue el nombre que se le dio a un programa humanitario impulsado por el Conde sueco Folke Bernadotte y llevado a cabo por la Cruz Roja de Suecia y el gobierno de Dinamarca en la primavera de 1945 durante la Segunda Guerra Mundial. El objetivo principal de la operación era el de rescatar a ciudadanos escandinavos que se encontrasen en malas condiciones en campos de concentración alemanes, pero rápidamente la nacionalidad de los prisioneros rescatados se expandió para incluir a personas de otros países como Francia y Polonia.
La operación se denominó buses blancos debido a que los buses utilizados para rescatar a los prisioneros fueron pintados completamente de blanco con una cruz roja y una bandera de Suecia al costado para evitar que sean tomados como blancos militares.