La capa de nieve es una acumulación de nieve que se comprime con el tiempo y se funde estacionalmente, a menudo a gran altitud o en latitudes elevadas.[1][2] La capa de nieve es un importante recurso hídrico que alimenta arroyos y ríos cuando se funde, provocando a veces inundaciones. Los mantos de nieve proporcionan agua potable y agricultura a las comunidades situadas ladera abajo.[3] Las capas de nieve de alta latitud o gran altitud aportan masa a los glaciares en sus zonas de acumulación, donde la deposición anual de nieve supera la fusión anual.[4]
La evaluación de la formación y la estabilidad de las capas de nieve es importante en el estudio y predicción de avalanchas.[5][6] Los científicos estudian las propiedades físicas de la nieve en diferentes condiciones y su evolución, y más específicamente el metamorfismo de la nieve,[7][8] la hidrología de la nieve (es decir, la contribución del derretimiento de la nieve a la hidrología de la cuenca), la evolución de la capa de nieve con el cambio climático y su efecto sobre la retroalimentación del albedo del hielo y la hidrología, tanto en tierra como mediante el uso de sensores remotos (teledetección).[9] La nieve también se estudia en un contexto más global de impacto, por ejemplo en los hábitats de los animales y la sucesión de las plantas. Se hace un esfuerzo importante en la clasificación de la nieve, tanto como hidrometeorito[10] como en tierra.[11]
↑«Definition of SNOWPACK». www.merriam-webster.com(en inglés). 25 de febrero de 2024. Consultado el 7 de marzo de 2024.