El Catastro de Ensenada[1] es el nombre que recibe la minuciosa averiguación a gran escala de los habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, incluidos los censos; incluso de las características geográficas de cada población que, desde 1749, se realizó en los 15 000 lugares con que contaba la Corona de Castilla (entre los que no estaban los de las Islas Canarias y las provincias vascas, por estar exentas de impuestos).[2][2] Se trata de la más exhaustiva encuesta disponible sobre Castilla a mediados del siglo XVIII.[1] Fue ordenada por el rey Fernando VI a propuesta de su ministro el marqués de la Ensenada. El objetivo era subrogar las Rentas provinciales (una de las tres patas de la Real Hacienda en aquellos tiempos, junto a las Rentas generales y las estancadas o "estancos"), por una Única contribución. Esto se llevaría a cabo calculando la base imponible y, para poder hacerlo, se ordenó levantar el Catastro. El Catastro de la Ensenada se elaboró a partir de un cuestionario que contenía 40 preguntas que debían responder los vecinos o una representación de los mismos. Se considera que esta averiguación pertenece a la época preestadística. Además, solo recoge a las provincias de la Corona castellana, excluyendo las exentas y las de la Corona de Aragón.[1]