En la mitología griega, Ceto (Κητώ / Kētō: «pez grande», de ahí «cetáceo»), era una hija de Gea, la Tierra, y de Ponto, el Mar. Sus hermanos eran por lo tanto Forcis, Nereo, Taumante y Euribia. Su papel en la mitología es la de madre de una progenie de monstruos acuáticos y serpentiformes, en su unión con su hermano, Forcis, con el que tuvo muchas hijas, conocidas colectivamente como las Fórcides (aunque de todas sus hijas las Grayas suelen ser descritas directamente como las Fórcides). En la Teogonía, Hesíodo la nombra como de «hermosas mejillas», y dice que las hijas de Ceto y Forcis fueron, a saber: las dos Grayas (Penfredo y Enío), «canosas desde su nacimiento», las tres Gorgonas (Euríale y Esteno, Medusa no puesto que era la única mortal de las tres gorgonas) y la enorme serpiente que custodiaba los frutos dorados del jardín de las Hespérides. Equidna es también citada como su hija o descendiente, pues el poema no cita claramente la filiación de esta.[1] Siguiendo la tradición hesiódica, Apolodoro nos dice que «de Forco y Ceto (nacieron) las Fórcides y las Górgonas».[2] Un escolio sobre Apolonio de Rodas cita a Forcis y Ceto como los padres de las Hespérides, pero esta opinión solo es mantenida por este autor.[3]