Un chuzo es un arma blanca rudimentaria compuesta de un palo al que se le añade una punta, generalmente de hierro.[1] La punta colocada en el extremo del mango es denominada moharra. Se trata de un arma de asta ofensiva activa, muy simple, especialmente usada en la Edad Media.[2]
Por extensión, se emplea el término chuzo para designar cualquier arma de hierro con características similares.[3]
Durante la Edad Media el chuzo fue muy utilizado en Aragón, Cataluña, Navarra (donde recibia el nombre de azcona), en los Países Bajos y Alemania (donde recibía el nombre de goedendag, "buenos días", porque se alzaba para saludar al rey).
Fue en Suiza donde más aceptación tuvo y de ahí que en España se le denomine «chuzo», por malformación de la palabra «suizo».
Durante los siglos XIX y XX quedó restringido casi exclusivamente al uso de los serenos o vigilantes nocturnos civiles de las grandes poblaciones, que rondaban las calles para seguridad. La figura del sereno desapareció en España a mediados del siglo XX.
El sereno tenía por función decir en voz alta el tiempo, la hora y rondar por la noche avisando de los incendios y evitando los robos. Llevaba gorra de plato y portaba las llaves de los portales en una mano y el chuzo en la otra. Sobre el chuzo solía colgar un farolillo.