En la música cubana, y en particular en todas sus variantes más tradicionales, se llama clave a los patrones rítmicos específicos (que se ejecutan en el instrumento homónimo) y a las reglas subyacentes que gobiernan dichos patrones.[1] La clave guía y amalgama todos y cada uno de los instrumentos (voces incluidas),[2] existiendo una correspondencia obligada entre el ritmo de la clave y el ritmo de los instrumentos armónicos y melódicos. Cuando esta correspondencia no se da (es decir, la clave es mal tocada o está fuera de lugar) se habla de clave atravesada, montada o cruzada.[3]