El colapso de la Edad del Bronce Tardía fue un período de transición de la Edad Oscura en Oriente Próximo, la Región del Egeo, África del Norte, el Cáucaso, los Balcanes y el Mediterráneo Oriental desde el final de la Edad del Bronce hasta la Edad del Hierro, una transición considerada violenta, repentina y culturalmente disruptiva por los historiadores. La economía palatina del mar Egeo y de Anatolia que caracterizó la Edad del Bronce Tardía se desintegró, transformándose en las pequeñas culturas de pueblos aislados característicos de la Edad Oscura.
Entre el 1200 y 1150 a. C., el colapso cultural de la civilización micénica, la dinastía de los Casitas, el Imperio hitita en Anatolia y el Levante mediterráneo,[1] y la fragmentación del Imperio Nuevo egipcio junto a la pérdida de sus colonias del sur de Canaán provocaron la interrupción de las rutas comerciales y una grave reducción en la alfabetización.[2][3] Durante la primera fase de este período, casi todas las ciudades entre Pilos y Gaza fueron violentamente destruidas, o simplemente abandonadas: algunos ejemplos incluyen Hattusa, Micenas y Ugarit.[4] Según Robert Drews: "En un período de entre cuarenta y cincuenta años, a fines del siglo XIII a. C. y comienzos del XII a. C., casi todas las ciudades importantes del mediterráneo oriental fueron destruidas, muchas de ellas nunca serán ocupadas de nuevo".[5] Solamente unos pocos estados poderosos, particularmente Asiria y el Imperio elamita, no se vieron afectados en gran medida por el colapso de la Edad de Bronce, no obstante a fines del siglo XII a. C. el Imperio elamita colapsó tras su derrota por Nabucodonosor I y su historia se torna oscura durante los siguientes tres siglos; asimismo tras la muerte de Ashur-bel-kala en 1056 a. C., Asiria entró en una decadencia comparativa durante aproximadamente los 100 años posteriores, su imperio se redujo significativamente, y hacia el 1020 a. C. Asiria parece haber controlado exclusivamente las áreas cercanas.
Gradualmente, al final de la Edad Oscura, diversos reinos luvio-arameos colonizaron Cilicia y el Levante. A partir de mediados del siglo X a. C., los arameos se establecieron en la región del Levante y los filisteos en el sur de Canaán. Entre el 911 y el 605 a. C., se produjo la eclosión del Imperio Neo-asirio, la llegada de los frigios, los cimerios y los lidios a Asia Menor, los urartu y los colcos al Cáucaso y de los pueblos iranios como persas, medos y partos en el antiguo Irán, y el surgimiento de la Grecia clásica tras la Época Arcaica.