Se considera colores primarios, antes llamado colores primitivos, a los colores que, al ser mezclados, permiten obtener todos los demás colores, generalmente dentro un gamut determinado. Modelos como el RGB y CMY están basados en la respuesta biológica de las células receptoras del ojo humano (conos) ante la presencia de ciertas longitudes de onda de luz.
Los colores primarios también pueden ser conceptuales (no necesariamente reales), ya sea como elementos matemáticos aditivos de un espacio de color o como categorías fenomenológicas irreductibles en dominios como la psicología y la filosofía. Los primarios del espacio de color están definidos con precisión y enraizados empíricamente en psychophysical colorimetría que son fundamentales para comprender la visión del color. Los primarios de algunos espacios de color son completos (es decir, todos los colores visibles se describen en términos de sus primarios ponderados por coeficientes de intensidad primarios no negativos) pero necesariamente imaginarios[1] (es decir, no hay ninguna forma plausible de que esos colores primarios puedan representarse físicamente, o percibirse). Las descripciones fenomenológicas de los colores primarios, como los primarios psicológicos, se han utilizado como base conceptual para las aplicaciones prácticas del color, aunque no sean una descripción cuantitativa en sí mismas.
Los conjuntos de primarios del espacio de color suelen ser arbitrarios, en el sentido de que no existe un conjunto de primarios que pueda considerarse el conjunto canónico. Los pigmentos primarios o las fuentes de luz se seleccionan para una aplicación determinada en función de preferencias subjetivas, así como de factores prácticos como el coste, la estabilidad, la disponibilidad, etc.
El concepto de colores primarios tiene una historia larga y compleja. La elección de los colores primarios ha cambiado con el tiempo en los distintos ámbitos que estudian el color. Las descripciones de los colores primarios proceden de ámbitos como la filosofía, la historia del arte, los sistemas de ordenación de los colores y los trabajos científicos relacionados con la física de la luz y la percepción del color.
Los materiales de educación artística suelen utilizar el rojo, el amarillo y el azul como colores primarios, sugiriendo a veces que se pueden mezclar todos los colores. Sin embargo, ningún conjunto de colorantes o luces reales puede mezclar todos los colores posibles. En física, los tres colores primarios suelen ser el rojo, el verde y el azul, según los diferentes tipos de pigmentos fotorreceptores en las células cónicas.[2][3]