El comercio fronterizo o también denominado como turismo fronterizo es un tipo de comercio internacional acotado al intercambio de bienes y servicios en las zonas fronterizas entre dos países, especialmente por los habitantes locales de las jurisdicciones limítrofes. Este tipo de intercambio comercial se ve favorecido dependiendo de algunos factores y circunstancias, como la carga tributaria de algunos artículos, la ventaja de la tasa de cambio de una divisa por sobre otra, las existencias y oferta que tenga un país por sobre el otro, el alto valor añadido de un producto producido en un país, las regulaciones y prohibiciones de venta de artículos o servicios determinados que tenga la legislación de un país, el libre tránsito que exista entre dos países vecinos, entre otros. Cada país regula de manera diferente su comercio fronterizo y las políticas relacionadas, como los controles aduaneros, la creación de zonas francas, etc.[1] Esta situación se ve aún más favorecida en el caso de ciudades fronterizas, donde debido a la proximidad de dos aglomeraciones urbanas, el intercambio se realiza de forma natural.
Los productos más transados a nivel global entre dos países que comparten frontera son alimentos, combustibles, alcohol, tabaco y drogas recreativas en general, medicamentos y servicios vinculados al turismo de salud, muebles y electrodomésticos, ropa y calzado, entre otros.[2]