En la literatura psicoanalítica, el complejo Virgen-Prostituta (o Madonna-whore complex en inglés) es la incapacidad de mantener la excitación sexual dentro de una relación amorosa y comprometida. Fue identificado por primera vez por Sigmund Freud, bajo la rúbrica de impotencia psíquica, que dice que este complejo psicológico se desarrolla en hombres que ven a las mujeres como vírgenes santas o prostitutas degradadas. Los hombres con este complejo desean una pareja sexual que ha sido degradada (la prostituta) a la que no pueden amar; mientras no pueden desear a la pareja amada (la virgen).[1] Freud escribió: "Donde tales hombres aman ellos no tienen algún deseo, y donde desean no puede amar." El psicólogo clínico Uwe Hartmann, escribiendo en 2009, afirmó que el complejo "sigue prevaleciendo en los pacientes de hoy".
El término también se usa popularmente, aunque a veces con significados sutilmente diferentes.