El comunismo cristiano es una forma de comunismo religioso basado en el cristianismo. Es una teoría teológica y política basada en la tesis de que las enseñanzas de Jesús llevaría a los cristianos a apoyar el comunismo como sistema social ideal. Aunque sobre la fecha exacta en que fue fundado el comunismo cristiano no existe un acuerdo universal, muchos comunistas cristianos afirman que la evidencia de la Biblia sugiere que los primeros cristianos, incluidos los Apóstoles, establecieron pequeñas comunidades comunistas en los años posteriores a la muerte y resurrección de Jesús.[1] Como tal, muchos defensores del comunismo cristiano y otros comunistas, incluido Karl Kautsky, sostienen que fue enseñado por Jesús y practicado por los mismos Apóstoles.[2] [3] Esto lo confirman diversos historiadores.[4] Incluso en pueblos "comunas" como las gnósticas (precristianas) especialmente conocida como el pueblo de los Esenios.
Hay quienes sostienen la opinión de que la Iglesia Cristiana Primitiva, como la descrita en los Hechos de los Apóstoles, fue una forma temprana de comunismo o socialismo religioso. La opinión es que el comunismo era sólo cristianismo en la práctica y Jesús fue el primer comunista.[5]
El magisterio de la Iglesia Católica ha condenado abiertamente a las ideologías de carácter socialista y comunista (particularmente al marxismo) tanto por su filosofía materialista como por su "ideal falso de redención" y su perversión de los principios cristianos de justicia social, igualdad y fraternidad.[6]
El comunismo cristiano puede ser visto como una rama radical del socialismo cristiano. Si bien los comunistas cristianos pueden o no estar de acuerdo con las diversas partes del marxismo, por lo general no están de acuerdo con las opiniones antirreligiosas en manos de los marxistas seculares, pero concuerdan con muchos de los aspectos económicos y existenciales de la teoría marxista, como la idea de que el capitalismo explota a la clase obrera mediante la extracción de plusvalía de los trabajadores en la forma de beneficios y que el trabajo asalariado es una herramienta de la alienación humana que promueve la autoridad arbitraria e injusta (Teología de la liberación). El comunismo cristiano, como el marxismo, también sostiene que el capitalismo alienta los aspectos negativos de la naturaleza humana, suplantando valores como la bondad, la justicia y la compasión en favor de la codicia, el egoísmo y la maldad.
Los comunistas cristianos también comparten algunos de los objetivos políticos de los marxistas, por ejemplo reemplazar el capitalismo por el socialismo, que a su vez debe ser seguido por el comunismo en un momento posterior en el futuro. Sin embargo, los comunistas cristianos a veces no están de acuerdo con los marxistas (y en particular con los leninistas) en el camino a seguir, en la forma en que debe ser organizada una sociedad socialista o comunista. En general, el comunismo cristiano evolucionó independiente del marxismo, y los comunistas cristianos comparten las conclusiones, pero no las premisas subyacentes de los comunistas marxistas.[7]