El Concilio de Pisa fue una reunión de cardenales, obispos y teólogos, que se celebró en el año 1409 con la intención de poner fin a la división que desde hacía treinta años afectaba a la Iglesia católica. Período conocido con el nombre de Cisma de Occidente. El concilio depone a los papas Gregorio XII de Roma y Benedicto XIII de Aviñón, y seguido de un cónclave, los cardenales eligen a Alejandro V, dando paso a lo que los contemporáneos llamaban el maldito trinomio.[1] El concilio de Pisa no es reconocido por la Iglesia católica en la lista de concilios ecuménicos.[2]