Las condritas o condritos son meteoritos no metálicos (rocosos) que no han sufrido procesos de fusión o de diferenciación en los asteroides de los que proceden.[1][2] Representan el 85,7 % de los meteoritos que caen a la Tierra.[3] Su conocimiento aporta claves importantes para comprender el origen y la edad del sistema solar, la síntesis de compuestos orgánicos, el origen de la vida o la presencia de agua en la Tierra. Una de sus características es la presencia de cóndrulos, que son esferas submilimétricas formadas por distintos minerales, y que suelen constituir entre el 20 % y el 80 % del volumen de las condritas.[4]
Se diferencian de los meteoritos metálicos por su composición pobre en hierro (Fe) y níquel (Ni). Otro tipo de meteoritos no metálicos, las acondritas, carecen de los característicos cóndrulos, y se formaron con posterioridad.[5]
↑Llorca Pique, Jordi; Biazzi, Pablo & Trigo i Rodríguez, Josep M. (2004). «Nuestra historia en los meteoritos». El sistema solar: Nuestro pequeño rincón en la vía láctea. Universitat Jaume I. p. 75. ISBN848021466X.La referencia utiliza el parámetro obsoleto |coautores= (ayuda)