El consumo responsable es un concepto defendido por organizaciones ecológicas, sociales y políticas que considera beneficioso cambiar los hábitos de consumo humano, ajustándolos a sus necesidades reales y optando en el mercado por bienes y servicios que favorezcan la conservación del medio ambiente, la igualdad social y el bienestar de los trabajadores.
El consumo responsable es una manera de consumir bienes y servicios teniendo en cuenta la naturaleza, además de las variables de precio y calidad, las características sociales y laborales del entorno de producción y las consecuencias medioambientales posteriores.[1]
El sistema de consumo y producción responsable que rige en nuestro planeta presenta serias contradicciones y retos en la lógica del desarrollo sostenible y en el marco de la llamada economía verde.[2]
A nivel, corporativo y en respuesta a esos retos, en abril del 2012, se crea la propuesta de Sistema B, que les aporta certificación a aquellas empresas decididas a convertirse en referentes de este compromiso con nuestra Salud y la de nuestra Tierra.[3]