El copago, en general, es el deducible o la vía de financiación de un servicio de salud por la cual el usuario paga una cantidad cada vez que lo utiliza. Se denomina «copago» porque se complementa este pago con otra vía de financiación - los impuestos (por ejemplo, para financiar el sistema público de salud) o una cuota periódica (por ejemplo, en el caso de un seguro médico privado). Los objetivos del copago son contribuir a financiar el sistema y contener su uso innecesario.[1][2] El copago también puede servir para reducir el coste social de las listas de espera.[3]
Una desventaja potencial de un sistema de copago es que, si su importe es muy alto, se corre el riesgo de disuadir del uso del servicio a personas que necesitan usarlo pero tienen pocos ingresos. Para mitigar esta desventaja, puede haber niveles mayores de cobertura (y por tanto un copago menor) en determinados casos. Por ejemplo, en un sistema de copago sanitario, puede haber reducciones en grupos más vulnerables, como niños o ancianos, o para enfermedades cuyo tratamiento sea especialmente costoso.[2]