El crecimiento inteligente es una teoría de planificación urbana y de transporte desarrollada desde los años 1990, que propone concentrar el crecimiento en centros compactos y caminables para evitar la dispersión. Así mismo incentiva usos de suelo de alta densidad, con transporte público y vías adecuadas para los ciclistas, incluyendo escuelas vecinales, calles completas y desarrollo de usos mixtos con variedad de oportunidades de vivienda. Se encuentra íntimamente ligado a los conceptos de Compact City e intensificación urbana.
El crecimiento inteligente valora aspectos de sostenibilidad regionales y de largo plazo, por encima de los enfoques cortoplacistas. Dentro de sus metas está el lograr en el nuevo ámbito urbano un sentido de comunidad y de lugar en sus habitantes, y la expansión del rango de oportunidades de transporte, trabajo y vivienda, distribuyendo equitativamente el costo de los beneficios del desarrollo, preservando y procurando los recursos naturales y culturales, mientras que se promueve la salud pública.