Un crimen pasional hace referencia, en el habla popular, a un delito en el que el perpetrador comete un crimen, especialmente un ataque o asesinato a causa de una repentina alteración de la conciencia, causada por sentimientos como los celos, la ira o el desengaño, y no es, por lo tanto, un crimen premeditado. El término tiene su origen en Francia (crime passionnel en francés) y es usualmente asociado a la historia de este país. Sin embargo, este tipo de crímenes existieron y siguen existiendo en la mayoría de las culturas.[1]
No obstante, es una idea que está siendo rebatida en razón de que el concepto intenta morigerar la pena e, incluso, responsabilizar a la víctima en casos de violencia de género.[2]