Crisis egipcia (2011-2014) | ||
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Parte de Invierno Árabe y Guerra subsidiaria catarí-saudita | ||
Localización | ||
País | Egipto | |
Datos generales | ||
Tipo | crisis | |
Histórico | ||
Fecha de inicio | 25 de enero de 2011 | |
Fecha de cierre | 8 de junio de 2014 | |
Desenlace | ||
Resultado |
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La Crisis egipcia es un período que empezó con la revolución egipcia de 2011 y acabó con la instalación de un régimen contrarrevolucionario bajo la presidencia de Abdel Fattah el-Sisi en 2014. Fueron tres años de malestar político y social, caracterizados por protestas de masa, una serie de elecciones populares, enfrentamientos mortíferos y refuerzo militar. Los acontecimientos han tenido un efecto duradero en el curso actual del país, su sistema político y su sociedad.
En 2011, centenares de los miles de egipcios tomaron las calles en un movimiento de protesta en masa diverso ideológica y socialmente que finalmente derrocó al presidente de larga duración Hosni Mubarak.[1][2] A esto siguió una prolongada crisis política, con el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas tomando control del país hasta la elección presidencial de 2012 que trajo a Mohamed Morsi, el anterior dirigente de los Hermanos Musulmanos al poder como el primer Presidente democráticamente elegido de Egipto.[3] A pesar de ello, disputas entre la Hermanos Musulmanos y los secularistas llevaron a protestas antigubernamentales y finalmente culminaron en el golpe de Estado del 3 de julio de 2013 contra Morsi, dirigido por General de jefe Abdelfatah El-Sisi.
La movilización militar profundizó el cisma político y llevó a medidas severas por parte de las fuerzas de seguridad, resultando en el asesinato de más de mil seguidores de Morsi.[4] En 2014, Abdel Fattah el-Sisi finalmente ganó la elección presidencial en una victoria aplastante, criticada por observadores internacionales como falta de estándares democráticos.[5]
Durante estos años de confusión política, la autoridad del estado había sido amenazada, pero nunca colapsó. Las demandas de los manifestantes: pan, libertad, dignidad, y democracia, no fueron consideradas. El ejército ha devenido aún más anclado en la política de Egipto y una represión máxima de prácticas revolucionarias ha tenido lugar bajo el régimen de Sisi.