Algunas iglesias cristianas, grupos cristianos y cristianos expresan antisemitismo religioso hacia el pueblo judío y la religión asociada del judaísmo.
Tanto la retórica antisemita cristiana como la antipatía resultante hacia los judíos se remontan a los primeros años del cristianismo y derivan de actitudes paganas antijudías que se vieron reforzadas por la creencia de que los judíos son responsables del asesinato de Jesús de Nazaret. A lo largo de los siglos siguientes, los cristianos impusieron medidas antijudías cada vez más numerosas, como actos de ostracismo, humillación, expropiación, violencia y asesinato, medidas que culminaron en el Holocausto.[1]: 21 [2]: 169 [3]
El antisemitismo cristiano se ha atribuido a numerosos factores, como las diferencias teológicas entre estas dos religiones abrahámicas emparentadas; la competencia entre la Iglesia y la sinagoga; el impulso misionero cristiano; la incomprensión de la cultura, las creencias y las prácticas judías; y la percepción de que el judaísmo era hostil al cristianismo.[4] Durante dos milenios, estas actitudes se vieron reforzadas por la predicación, el arte y las enseñanzas populares cristianas, todas las cuales expresan desprecio por los judíos, así como por estatutos diseñados para humillar y estigmatizar a los judíos.[5]
El antisemitismo moderno se ha descrito principalmente como el odio contra los judíos como raza y su expresión más reciente tiene sus raíces en las teorías raciales del siglo XVIII. El antijudaísmo tiene sus raíces en la hostilidad hacia el judaísmo como religión; en el cristianismo occidental, el antijudaísmo se fusionó efectivamente con el antisemitismo durante el siglo XII.[1]: 16 Se ha debatido sobre el papel que desempeñó el antisemitismo cristiano en el Tercer Reich nazi, la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.[6] El Holocausto obligó a muchos cristianos a reflexionar sobre el papel que la teología y la práctica cristianas desempeñaron y siguen desempeñando en el antijudaísmo y el antisemitismo.[7]