La cultura de las Maldivas proviene de diversas fuentes, la más importante de todas, es su proximidad a las costas de Sri Lanka y la India del Sur. La población es mayoritariamente Indo-Aria desde el punto de vista antropológico. La lengua es de origen indo-iraní sánscrito, que apunta a una influencia posterior en el norte del subcontinente. El idioma Dhivehi está estrechamente relacionado con el idioma cingalés. Según las leyendas, la dinastía real que gobernó el país en el pasado tiene su origen allí. Es posible que estos antiguos reyes llevaran el budismo del subcontinente, pero no está claro. En Sri Lanka existen leyendas similares, pero es improbable que los antiguos miembros de la realeza de las Maldivas trajeran el budismo a la isla, porque ninguna de las crónicas de Sri Lanka menciona a las Maldivas. Es poco probable que las antiguas crónicas de Sri Lanka no hayan mencionado las Maldivas, si estas fueran una rama de su reino que se habría extendido a las Islas Maldivas. Desde el siglo XII a. C. se encuentran influencias de Arabia Saudita en la lengua y la cultura de las Maldivas gracias a la conversión general al islam en el siglo XII, y su ubicación como cruce comercial en el Océano Índico central. En la cultura de la isla hay pocos elementos de origen africano y de los esclavos traídos a la corte por la familia real y la nobleza de sus viajes a Arabia Hajj en el pasado. Hay islas como Feridhu y Maalhos en el norte de Atolón Ari, y en el sur de Goidhu Maalhosmadulhu Atoll donde muchos de los habitantes cuyos antepasados son liberados los esclavos africanos.[1]