A la custodia se le llama también ostensorio u ostensorium (del latín ostendere, 'mostrar'). En la religión católica, es la pieza de oro o de otro metal precioso, donde se coloca la hostia, después de ser consagrada, para adoración de los fieles (creyentes).
Sus formas son distintas, pero una de las más comunes es la de sol, de cuyo origen se tienen discrepancias.