Desde el año 1980 se ha registrado un dramático declive en las poblaciones de anfibios de todo el mundo,[1][2][3][4] caracterizado por colapsos en las poblaciones y extinciones masivas localizadas.
En el año 1993 las poblaciones de más de 500 especies de ranas y salamandras de los cinco continentes presentaban un declive en su población.[5]
El declive anfibio está afectando a miles de especies en todo tipo de ecosistemas, por lo que se ha catalogado como una de las amenazas más críticas a la biodiversidad global.[6]
Inicialmente, los reportes sobre el dramático declive anfibio no fueron tomados en cuenta por toda la comunidad científica, algunos científicos argumentaban que las poblaciones de animales, como las de los anfibios, varían con el tiempo. Hoy se ha consensuado que han ocurrido alarmantes declives en las poblaciones de anfibios de todo el globo,[7][8][9][10][11][12] y se espera que los declives continúen aumentado.[13]
Dado que los anfibios tienen generalmente un ciclo de vida de dos fases, el larvario (acuático) y el adulto (terrestre), son sensibles a cambios producidos en cualquiera de los dos ambientes. Debido a este aspecto y al hecho de que su piel es altamente permeable, se piensa que los anfibios pueden ser más susceptibles a las toxinas del ambiente, o a los cambios en los patrones de temperatura, lluvias o humedad, que otras especies de vertebrados terrestres.[7][14] Los científicos se están empezando a referir a los anfibios como canarios en una mina de carbón, para hacer referencia a un indicador de la contaminación generada por la actividad humana, y que probablemente pronto empiecen a verse afectadas otras especies de animales.
↑Vial J. L., Saylor, L. 1993. The Status of Amphibian Populations: a Compilation and Analisis. IUCN/SSC Declining Amphibian Taskforce. Work. Doc. No. 1.
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↑Blaustein, A. R. & D. B. Wake. 1990. «Declining amphibian populations: a global phenomenon?» Trends in Ecology and Evolution 5:203-204.