Una deidad de la guerra es un dios o diosa de la mitología, asociada con la guerra, pero también con el combate o el derramamiento de sangre en un sentido más amplio. Se encuentran usualmente en casi todas las religiones politeístas.
Las deidades mitológicas que presiden la lucha y la conquista, suelen tener una doble visión, por un lado con un matiz negativo asociado a la desolación causada por la guerra y por otro la positividad de la celebración de la fuerza del propio pueblo y su expansión a través de la propia guerra.[1]
A menudo, incluso el dios del monoteísmo se ha asociado con los actos de guerra más sangrientos, pero a diferencia de la mayoría de las deidades presentes en el panteón politeísta, el "dios único" monoteísta ha sido retratado tradicionalmente en las narraciones que le conciernen como comandante y líder de ejércitos, con el propósito explícito de difundir su "verdadera religión". La íntima conexión entre el concepto de guerra santa y la firme creencia en un único dios verdadero ha sido señalada por muchos estudiosos, entre ellos Jonathan Kirsch (en Dios contra los dioses: la historia de la guerra entre el monoteísmo y el politeísmo[2]) o Joseph Campbell (en Las máscaras de Dios, vol. 3: "Mitologia Occidental"[3]).