En economía, la demanda efectiva se refiere a la disposición y capacidad de los consumidores de comprar bienes a diferentes precios. Muestra la cantidad de bienes que los consumidores compran, respaldados por su capacidad de pago. La demanda efectiva excluye la demanda latente, donde la voluntad de comprar bienes puede estar limitada por la incapacidad de financiarlos o la falta de información.[1] En la teoría macroeconómica de Keynes, la demanda efectiva es el punto de equilibrio donde la demanda agregada es igual a la oferta agregada. Una de las conclusiones de Keynes es que la demanda efectiva puede ser insuficiente para lograr el pleno empleo.[2][3]