La denuncia de irregularidades (conocida en inglés cómo whistleblowing) es la acción de una persona, típicamente un empleado, que revela información sobre actividades en una organización pública o privada que se considera ilegal, inmoral, ilícita, insegura, o fraudulenta. Los denunciantes (también alertadores) pueden utilizar una variedad de canales internos o externos para comunicar información o acusaciones. Más del 83 % de los denunciantes informan internamente a un supervisor, recursos humanos, cumplimiento, o un tercero neutral dentro de la empresa, con la esperanza de que la empresa aborde y corrija los problemas. Un denunciante también puede dar reconocimiento a las acusaciones por comunicar con entidades externas, como los medios de comunicación, el gobierno, o las autoridades.[1] Algunos países legislan sobre lo que constituye una divulgación protegida y los métodos permitidos para presentar una divulgación. La denuncia de irregularidades puede ocurrir en el sector privado o en el sector público.