Las dietas sostenibles se definieron primero como "opciones de alimentos que respaldan la vida y la salud dentro de los límites del sistema natural en el futuro previsible",[1] en el artículo de 1986 de Gussow y Clancy.[2] En 2010, la FAO y Bioversity International definieron una dieta sostenible como:
...aquellas dietas con bajo impacto ambiental que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y a una vida sana para las generaciones presentes y futuras. Las dietas sostenibles protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles, son nutricionalmente adecuadas, seguras y saludables, y optimizan los recursos naturales y humanos.[3]
La FAO también describe los objetivos de la práctica de una dieta sostenible para lograr un crecimiento y desarrollo óptimos, así como el apoyo al bienestar físico, mental y funcional, al tiempo que se previene la desnutrición y se promueve la biodiversidad y la salud planetaria.[4] La literatura posterior intenta convertir ese concepto interpretable en un concepto "operacionalizable" para crear un sistema alimentario sostenible.[3]