En el mormonismo ortodoxo, el término Dios generalmente se refiere a la versión bíblica de Dios Padre, a quien los Santos de los Últimos Días a veces llaman Elohim,[1] mientras que el de Divinidad (en inglés, Godhead) se refiere a un consejo de tres personas divinas distintas que consisten en Dios Padre, Jesús (Su Hijo primogénito, a quienes los Santos de los Últimos Días a veces llaman Jehová) y el Espíritu Santo.[2][3] Sin embargo, en la teología de los Santos de los Últimos Días el término Dios también puede referirse, en algunos contextos, a la Divinidad como un todo o a cada miembro por separado.[4] Los Santos de los Últimos Días o «Mormones» creen que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres seres distintos, y que el Padre y Jesús tienen cuerpos físicos perfeccionados y glorificados, mientras que el Espíritu Santo es un espíritu sin cuerpo físico. También creen que hay otros dioses y diosas fuera de la Divinidad, tales como una Madre celestial—que es la esposa de Dios Padre—, y que los Santos de los Últimos Días fieles pueden alcanzar un estatus divino en el más allá.[5] El término Padres Celestiales se usa para referirse colectivamente a la relación entre Padre Celestial y una Madre Celestial.[6][7] Joseph Smith enseñó que Dios fue un hombre en otro tiempo antes de ser exaltado a la Divinidad.[8]
Esta concepción difiere de la Trinidad cristiana tradicional en varias formas, una de las cuales es que los Santos de los Últimos Días no han adoptado o seguido aceptando la doctrina del credo niceno de que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son de la misma sustancia o ser[9] Además, la doctrina en la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enseña que la inteligencia o espíritu que habita en cada humano es coeterna con Dios.[10] Los mormones usan el término omnipotente para describir a Dios, y lo consideran como el creador: en su perspectiva, es un ser todopoderoso y eterno pero sujeto a la ley natural eterna que gobierna las inteligencias, la justicia y la naturaleza eterna de la materia (es decir, que Dios organizó el mundo pero no lo creó de la nada).[11] La concepción mormona de Dios también difiere sustancialmente de la tradición judía del monoteísmo ético en el que Elohim (אֱלֹהִים) es una concepción completamente diferente.
Esta descripción de Dios representa la ortodoxia mormona, formalizada en 1915 con base en enseñanzas más antiguas. Otras ramas históricas y actualmente existentes del mormonismo han adoptado perspectivas diferentes sobre dios, tales como la doctrina de Adán-Dios o el trinitarismo.