Se entiende por edificio inteligente aquel que tiene incorporado equipamiento de uso terciario o industrial, de sistemas de gestión técnica automatizada dentro de sus instalaciones, con el objetivo de reducir el consumo de energía, aumentar el confort y la seguridad a todo el conjunto. El término se aplica especialmente a edificios de oficinas, edificios corporativos de empresas, hoteles y similares.[1]
Se considera que un edificio es "inteligente" si incorpora sistemas de información en todo el edificio, ofreciendo servicios avanzados de control de actividades y de telecomunicaciones. Con control automatizado, monitorización, gestión y mantenimiento de los diferentes subsistemas o servicios del edificio, de forma óptima e integrada, local y remota. Diseñado todo él con suficiente flexibilidad para que sea sencilla y económicamente rentable la implantación de futuros sistemas.
Bajo este nuevo concepto se define la automatización integral de inmuebles con alta tecnología. La centralización de los datos del edificio o complejo, posibilita supervisar y controlar confortablemente desde un ordenador los estados de funcionamiento o alarmas de los sistemas que componen la instalación, así como los principales parámetros de medida. El edificio inteligente integra la domótica interna dentro de una estructura en red. O edificio