Los elfos son criaturas de la mitología nórdica y germánica. Originalmente se trataba de una deidad menor de la fertilidad y representados como hombres y mujeres altos de estatura y jóvenes, de gran belleza, que viven en bosques, cuevas o fuentes. Se los consideraba como seres de larga vida o inmortales y con poderes mágicos.[1]