Emily Murphy | ||
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Emily Murphy en años 1910 | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
14 de marzo de 1868 Innisfil (Canadá) | |
Fallecimiento |
27 de octubre de 1933 Canadá | |
Nacionalidad | Canadiense | |
Educación | ||
Educada en | The Bishop Strachan School | |
Información profesional | ||
Ocupación | Jueza, activista por los derechos humanos, escritora y activista por los derechos de las mujeres | |
Emily Murphy (nacida como Emily Gowan Ferguson; 14 de marzo de 1868-17 de octubre de 1933) fue una jurista, escritora y activista por los derechos de la mujer canadiense. En 1916, se convirtió en la primera magistrada mujer de Canadá y del Imperio Británico. Fue una destacada feminista y luchó por el reconocimiento de las mujeres como "personas" bajo la ley canadiense.
Murphy formó parte del grupo conocido como "Las cinco famosas" (también llamado "Las cinco valientes"),[1] un grupo de activistas por los derechos de la mujer también conformado por Henrietta Muir Edwards, Nellie McClung, Louise McKinney y Irene Parlby. En 1927, el grupo llevó a los tribunales el "Caso Personas", cuyo objetivo consistía en el reconocimiento de las mujeres como "personas cualificadas", lo que les permitiría asumir cargos en el Senado. La Corte Suprema de Canadá falló en contra de la petición, pero tras una apelación ante el Comité Judicial del Consejo Privado, el jurado de última instancia de Canadá en la época, el grupo consiguió ganar el caso.[2]
Pese al reconocimiento por su lucha a favor de los derechos de las mujeres, otras actividades de Murphy han sido cuestionadas, en particular su participación en el desarrollo del Acta de Esterilización Sexual de Alberta y sus declaraciones de que varios inmigrantes de otros países, en especial China, corrompían a la raza blanca y la incitaban a consumir drogas.[3] En su libro The Black Candle, escribió: "Es muy poco creíble que el vendedor ambulante chino promedio tenga la idea definida de hacer caer a la raza blanca (sus motivos, probablemente, están relacionados con la avaricia), pero en manos de sus superiores pueden convertirse en un poderoso instrumento para lograr tal fin".[4]